jueves, 9 de septiembre de 2010

Palabras de alguien especial



Si fuera una pintura, tendría los más bellos colores...Verde, azul, amarillo, violeta, blanco.
¡Que maravillosa me vería siendo una pintura!, lineada por Dalí, por Waterhouse, Perusino y tantos otros que con sus manos hicieron obras increíblemente hermosas.
Si fuera un cuadro, una pintura querría ser un paisaje donde el más mínimo detalle se observe detenidamente por el espectador. Seguramente sería admirada y criticada por renombrados eruditos en la materia... ¿Quién diría?...¡Admirada y criticada!, como si siendo lo que soy no lo fuera, no estuviese siendo observada de esta forma, sin siquiera teniendo una pincelada en el cuerpo.
¡Si fuera un cuadro!, “por favor señores”, no me pongan marco, déjenme libre, que el agua del lago corra, que las nubes se muevan y que las hojas de los árboles bailen al compás del viento. No me pongan marco, solo dejen que los infinitos colores con los que sea pintada traspasen la tela. ¡Si fuera un cuadro!, haría que aquél ser humano parado frente a mí se tentara por entrar al lienzo, sin querer volver a salir.
¡No me pinten en abstracto!, denme forma, que se entienda la emoción y la pasión con la cuál fui pintada. ¡Si fuera una pintura!, es probable que esté en la más humilde de las moradas como copia y en una mansión como original, pero en ambas mi esencia sería la misma, tramitaría lo iguales sentimientos, con pequeñas diferencias de sensaciones dependiendo de la vida del dueño...¿DUEÑO DIJE?... No señores, no tendría dueño, pues la pintura, el arte no pertenece a uno, es parte de todos los que habitamos esta tierra. Vagaría por el mundo mostrándome en cada uno de los rincones del planeta. Haría alarde de mis colores para países en guerra, me pondría frente a los bélicos para que calmen su alma y recuerden lo que es honrar la vida y la dignidad del ser humano. Viajaría a países pobres, donde me subastaría para que no hubiera hambre. O quizá, tomaría a un niño de la mano, lo pondría dentro mío para que pasee por la pradera y así que no sienta dolor alguno.
¡Por favor Señores!, si algún día quieren convertirme en cuadro, solo les pido que sus pinceladas tengan la suavidad de Hondler en “el lago thur” y no los fuerte golpes de la mano de Kokoschka en su retrato”Artista degenerado”.
¡SI FUERA UN CUADRO!...Usted , ¿qué más pondría en él?

Eduardo Galeano

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